La pandemia que azota al mundo estos últimos meses y sobre la cual todavía no existen expertos ni nadie conscientemente responsable que ofrezca certezas sobre cuándo va a terminar ha causado estragos económicos en gran cantidad de actividades. El deporte es una de ellas.
Los federativos del futbol mexicano, al igual que sucedió en Francia, donde por cierto ya muestran síntomas de arrepentimiento, decidieron que la mejor forma de amortiguar el descalabro económico era suspender el torneo que se estaba jugando.
La nueva realidad significará, por lo menos hasta cuando tengamos claro cómo evoluciona el covid-19 en México y en el resto del planeta, que no haya público en los estadios, una fuente de ingresos representativa para los clubes de la Liga MX: el game day, como dicen los americanos.
A esta dificultad se le sumó la estampida del dólar en marzo y abril. Si bien el peso recuperó terreno en las últimas semanas, el vaivén de la moneda agregó todavía más incertidumbre económica-financiera a algunos clubes con obligaciones en divisa americana.
¿Afectará este factor a la incorporación futura de figuras extranjeras? En lo inmediato, para el próximo torneo, sin ninguna duda, pero a futuro es difícil saberlo. Dependerá de muchos factores de la reactivación económica general del país.
Con este contexto incierto, y tantas cuestiones urgentes por resolver, pareciera que se le ha quitado prioridad a la naciente Liga de Expansión (¿se llamará así?), posicionándola en un aparente escenario de indecisión.
Con tantas dudas sobre la salud de las fuentes de financiación de la Liga MX, si es que cabe, todavía es estratégicamente más importante la formación de jugadores mexicanos. Para ello, con las limitaciones iniciales que pueda tener, una Liga de Expansión bien instrumentada puede ser una interesante plataforma de desarrollo.
En la nueva estructura de 18 equipos participaran sólo dos filiales de Primera División: Chivas y Pumas. No es casualidad que dos de las instituciones con mayor tradición formadora de talento se hayan percatado de lo útil, si es correctamente organizada, que puede ser esta nueva categoría para la formación.
Imagino que, despejadas muchas de las dudas alrededor de su implementación, serán más los equipos de Liga MX que apuesten por este torneo en ciernes como la última etapa en el eslabón de capacitación de sus jugadores de cantera.
Seamos conscientes de su importancia y ayudemos todos a su desarrollo.
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