Miles piden la cabeza del presidente libanés

Manifestantes antigubernamentales rindieron homenaje a las víctimas de la explosión. Hubo disturbios. Fotos: AFP y DPA

Reuters y AFP

BEIRUT.

Miles de manifestantes leyeron ayer en voz alta los nombres de las al menos 171 personas que murieron en la explosión de la semana pasada en el puerto de Beirut, pidiendo la destitución del presidente del Líbano y otros funcionarios a los que responsabilizan por la tragedia.

Reunidos cerca de la “zona cero”, algunos manifestantes portaban fotografías de las víctimas mientras una pantalla reproducía la nube en forma de hongo que se elevó sobre la ciudad el 4 de agosto después de la explosión de 2,700 toneladas de nitrato de amonio. Unas seis mil personas resultaron heridas y cientos de miles quedaron sin hogar.

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La frase “él sabía” estaba escrita en una imagen del presidente Michel Aoun en un cartel en el lugar de la protesta. Más abajo decía: “Un gobierno se va, viene otro; continuaremos hasta que el presidente y el líder del parlamento sean destituidos”.

Aoun, quien prometió una investigación rápida y transparente, tuiteó: “Mi promesa para todos los libaneses dolidos es que no descansaré hasta que se conozcan todos los hechos”.

Los residentes de Beirut todavía recogían escombros mientras continuaban las operaciones de búsqueda de las 30 a 40 personas que están desaparecidas, en una jornada en que las fuerzas de seguridad usaron gases lacrimógenos contra manifestantes que lanzaban piedras.

Manifestantes antigubernamentales rindieron homenaje a las víctimas de la explosión.

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ESCUELAS DEVASTADAS

Debido a la explosión registrada el pasado 4 de agosto en el puerto de Beirut, unas 120 escuelas con capacidad para 50 mil estudiantes resultaron dañadas, a las que había que sumar una veintena de centros de formación profesional con unos ocho mil alumnos en total, informó una portavoz de Unicef, Marixie Mercado, al hacer balance sobre la situación humanitaria en Líbano.

Según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, al menos tres menores murieron por las explosiones y y otros 31 tuvieron que ser hospitalizados, si bien otras fuentes estiman que los heridos serían cerca de mil.

Mercado añadió que muchas viviendas no tienen acceso a agua potable por la interrupción de las conexiones entre las fuentes de suministro y los edificios.

— DPA