El formato de power trio recuerda que, a veces, menos es más. Dependiendo de los integrantes de la banda y los géneros en los que decidan moverse, siempre sorprende que tres personas puedan llenar un foro con tres instrumentos y en ocasiones, sus voces. Ahora, si la música es principalmente instrumental e hipnótica, y aún así nos provoca, estamos frente a un proyecto único. Ese es el caso de los tejanos Khruangbin (se pronuncia Krung-bin).
Con efectos sutiles y variaciones muy bailables, su funk psicodélico se ha vuelto parte de nuestra rutina para desestresarnos, con un sonido atemporal que se podría ubicar en décadas diferentes.
Un trío de Houston lleno de mucho psych
Con Laura Lee Ochoa en bajo y Mike Speer en guitarra, este par ejecuta bajo sus flecos un juego psicodélico en el que las líneas de bajo sencillas, extremadamente pegajosas y hasta reconfortantes, dan lugar a que los riffs de Speer vaguen y nos sorprendan en los cambios de cada canción.
La batería está a cargo de Donald Johnson, un genuino metrónomo sin fallas en vivo que es la base sólida para la dinámica entre las melodías de las cuerdas, además de un apoyo vocal. Sin depender de letras o melodías vocales elaboradas, salvo para conversar o lanzar coros breves, el trío de Houston ha encantado con sus variaciones psych en tan solo tres discos.
Pasado e historia de Khruangbin
Su nombre significa aeroplano en Thai, y apuestan a que cada track sea un breve viaje con austeridad sonora para mostrar mensajes inmensos. Sin explicaciones largas, la vocación espiritual de los tejanos se ve desde lejos en los títulos de sus discos: The Universe Smiles Upon You, Con Todo El Mundo y Mordechai son, hasta hoy, muestra de su virtuosismo sin complicaciones.
Lee era una maestra de matemáticas antes de audicionar para tocar con Yppah, en una gira como acto abridor para Bonobo. Con apenas seis meses tocando el bajo en 2009, Speer la alentó y ahora recorren el mundo con un proyecto de tres amigos que se divierten bastante, como escuchamos en “Pelota” o “Evan Finds the Third Room”, por mencionar un par.
El instinto simplificador de la banda también pasa a su proceso creativo, ya que graban en un granero de la familia Speer a las afueras de Houston, sin grandes avances tecnológicos mas que los pedales que le escuchamos a la guitarra: delays y a veces un fuzz.
Para sorpresa de muchos, lanzaron a principios de este año uno de los mejores EPs de 2020, colaborando con Leon Bridges, cantante de soul y rhythm & blues con voz de antaño insertada en este siglo. El resultado es un homenaje a Texas del que nos faltó más, con apenas cuatro canciones de este supergrupo.
Lo natural de la banda en su proceso creativo se refleja en Mordechai, grabado en Mayo de 2019. Las canciones fueron resultado de lo que tocaban durante su gira pasada sobre el escenario, para practicar, sin algo escrito formalmente en un flujo de ideas sin esfuerzo. ¡Eso vale oro!
Khruangbin se ha vuelto parte de una rutina para desestresarnos y abrazar los tremendos riffs que nos regala Laura Lee en el bajo y Mark Speer en la guitarra, con una iluminación sin palabras rebuscadas pero un groove del que no podemos escapar.
Ahora sí que sin más ni menos, es una propuesta a la que le deben dar una oportunidad sí o sí.
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