Hoy es el Día Internacional del Portero

“Él no hace goles. Está allí para impedir que se hagan. El gol, fiesta del fútbol: el goleador hace alegrías y el guardameta, el aguafiestas, las deshace", señaló el periodista uruguayo Eduardo Galeano en 'El arquero'. (AP)
Redacción

CIUDAD DE MÉXICO

Es un solo. Está condenado a mirar el partido de lejos. Sin moverse de la meta aguarda a solas, entre los tres palos, su fusilamiento”, Así define Eduardo Galeano la función esencial pero al mismo tiempo ingrata de los guardametas en el futbol.

Auténticas leyendas del futbol mundial han ocupado esa posición, generaciones completas de niños fueron marcadas por el carisma o las increíbles hazañas de cancerberos tan fuera de serie que fueron comparados con súper héroes, mientras otros tuvieron el infortunio de manchar su laureada trayectoria con fatales yerros en momentos trascendentales.

Cabe recordar que la celebración del Día Internacional del Portero, surgió a propuesta de una marca deportiva especializada en la elaboración de guantes de portero (Rinat). Se eligió el 14 de abril por ser la fecha del nacimiento de Miguel Calero, histórico cancerbero colombiano del Pachuca que falleció en 2012.

Él no hace goles. Está allí para impedir que se hagan. El gol, fiesta del fútbol: el goleador hace alegrías y el guardameta, el aguafiestas, las deshace. Lleva a la espalda el número uno. ¿Primero en cobrar? Primero en pagar. El portero siempre tiene la culpa. Y si no la tiene, paga lo mismo”, señala el periodista charrúa en su escrito “El arquero”.

Ejemplo fehaciente que comprueba lo anteriormente planteado es Oliver Kahn, imponente portero alemán que hizo una gran Copa del Mundo en 2002 y que en la final del torneo ante Brasil, dio rebote tras un disparo de Rivaldo que parecía de trámite y dejó la pelota puesta para que Ronaldo encaminara a Brasil a su quinto título del mundo.

Con una sola pifia, el guardameta arruina un partido o pierde un campeonato, y entonces el público olvida súbitamente todas sus hazañas y lo condena a la desgracia eterna. Hasta el fin de sus días lo perseguirá la maldición”, sentencia Galeano respecto a esta solitaria posición.

cmb

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