Los profesionales deben crear respuestas metodológicas a los ciberataques: Radamés Hernández

Redacción

CIUDAD DE MEXICO.

En un mundo híperconectado por la irrupción de la pandemia de covid-19 que ha llevado al terreno digital gran parte de actividades económicas y ha profundizado el uso para las que ya estaban ahí; con un 2020 en el que los ciberdelincuentes afectaron al 81% de empresas e instituciones a nivel global, 113 millones de amenazas informáticas, 350 mil nuevas cada día, y una expectativa para 2021 de que el costo por los ataques cibernénticos sea de 6 billones de dólares según Mapfre, la ciberseguridad se ha vuelto una materia clave, afirma Radamés Hernández Alemán.

Hoy, los servicios como la electricidad, la telefonía, el Internet, el suministro de agua, la seguridad de aeropuertos, los sistemas militares, la operación de las empresas, son controlados desde las computadoras, de ahí la necesidad de que la sociedad cuente con profesionales capaces de cuidar las operaciones y la información de las más diversas actividades, y es por ello que la Udlap Jenkins Graduate School ha organizado el diplomado Ciberseguridad: Gestión y Respuesta a Incidentes Cibernéticos, de cuyo claustro docente forma parte el maestro en Dirección Estratégica de las Tecnologías de la Información y Comunicación por la Universidad de Texas.

Es importante–expuso en entrevista el docente y profesional de las tecnologías de la información y comunicación por más de 25 años-- conocer las diversas metodologías para la ciberseguridad basadas estándares y prácticas que se pueden usar en cualquier tipo de entorno y organización, sin importar su tamaño, se analizará la seguridad de una determinada organización y cuáles son las herramientas poder plantear un programa de respuesta que se mejora en el tiempo.

Radamés Hernández Alemán, especialista en ciberseguridad y evidencia digital, describió que el objetivo de quien se prepare en esta disciplina, es llegar al punto de saber que el riesgo en la ciberseguridad se puede manejar de una forma gestionada y no en forma reactiva, ya sea ante una situación de bajo impacto o de nivel crítico, con un procedimiento bastante específico, incluso cómo aprovechar los recursos que sirven para proteger la información, medir el nivel de respuesta ante incidentes cibernéticos, y asegurar los activos.

El docente,, recordó que el año pasado hubo un ataque cibernético a la empresa SolarWinds y tuvieron una brecha de seguridad que afectó a miles de sus productos que distribuyeron a clientes tan importantes como el gobierno de Estados Unidos, Microsoft, o Cisco y para cuando se dieron cuenta el daño ya estaba hecho y hasta la fecha no se sabe quién fue ni cuál fue su propósito.

De este tipo de impactos son de los que los profesionales de la ciberseguridad tienen que estar pendientes –advirtió--. El diplomado está orientado a que los responsables definan cuáles son sus recursos e integrar su equipo de respuesta con una vigilancia efectiva de los activos, así como fijar roles muy concretos, porque además la tecnología es cambiante, y las amenazas también evolucionan, ahora existen ataques cibernéticos mucho más sofisticados.
Las bases de datos biométricos –refirió Radamés Hernández-- que se va a conformar con los usuarios de la telefonía móvil (que acaba de aprobar el Senado de la República) se va a convertir en un activo que debe estar debidamente resguardado y las instituciones encargadas tendrán el deber de evitar que llegue a manos de delincuentes o de terceros sin autorización.

El diplomado Ciberseguridad: Gestión y Respuesta a Incidentes Cibernéticos iniciará el 7 de mayo, con duración de seis semanas, dos sesiones por semana.

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