Con este ‘gas de la risa’ en una hora dile adiós a la depresión

Un único tratamiento que consiste en inhalar una mezcla de oxígeno y óxido nitroso, conocido también como gas de la risa, mejoró significativamente los síntomas en personas con depresión.
Europa Press

Un único tratamiento de una hora de duración que consiste en inhalar una mezcla de oxígeno y óxido nitroso, conocido también como gas de la risa, mejoró significativamente los síntomas en personas con depresión resistente al tratamiento, según nuevos datos de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington y de la Universidad de Chicago, en Estados Unidos, que publican en la revista 'Science Translational Medicine'.

En un ensayo clínico de fase 2, los investigadores demostraron que los síntomas de la depresión mejoran rápidamente tras el tratamiento con óxido nitroso inhalado. Además, informaron de que los beneficios pueden durar varias semanas.

"Un gran porcentaje de pacientes no responde a las terapias antidepresivas estándar (los pacientes de este estudio habían fracasado en una media de 4,5 ensayos de antidepresivos) y es muy importante encontrar terapias que ayuden a estos pacientes --explica el doctor Charles R. Conway, profesor de psiquiatría de la Universidad de Washington y uno de los investigadores principales del estudio--. El hecho de que hayamos observado rápidas mejoras en muchos de estos pacientes en el estudio sugiere que el óxido nitroso puede ayudar a las personas con depresión realmente grave y resistente".

Conway, y el otro coinvestigador principal del estudio, el doctor Peter Nagele, profesor y director del Departamento de Anestesia y Cuidados Críticos de la Universidad de Chicago, y que anteriormente tenía un puesto en el Departamento de Anestesiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, han estado estudiando el potencial del óxido nitroso como antidepresivo durante la última década.

Los fármacos antidepresivos habituales afectan a los receptores de norepinefrina y serotonina del cerebro, pero suelen tardar semanas en mejorar los síntomas de una persona. El óxido nitroso, sin embargo, interactúa con diferentes receptores en las células cerebrales -los receptores de glutamato NMDA- y tiende a mejorar los síntomas en cuestión de horas cuando es eficaz.

"Nuestros objetivos principales en este estudio eran dos: determinar si una dosis más baja de óxido nitroso podría ser igual de eficaz que las dosis que habíamos probado anteriormente -y lo fue para la mayoría de los pacientes- y también queríamos ver cuánto duraba el alivio --apunta Nagele--. En un estudio de prueba de concepto realizado hace varios años, evaluamos a los pacientes durante 24 horas. En este estudio, seguimos evaluándolos durante dos semanas, y la mayoría siguió sintiéndose mejor".

En el estudio participaron 24 pacientes y cada uno recibió tres tratamientos con un mes de diferencia. En una sesión, los pacientes respiraron durante una hora un gas que era mitad óxido nitroso y mitad oxígeno. En un segundo tratamiento, los mismos pacientes respiraron una solución con un 25% de óxido nitroso. Un tercer tratamiento, el placebo, consistía en respirar sólo oxígeno, sin óxido nitroso.

"Realmente no se puede conseguir un grupo de comparación mejor que cuando se compara a una persona consigo misma --asegura Nagele--. Servir de control propio es lo ideal. La alternativa es estudiar los efectos de un fármaco en dos grupos similares de personas en los que se recibe un tratamiento u otro. Pero el problema con eso es que se necesita un número mucho mayor de pacientes antes de poder sacar realmente conclusiones".

Las principales conclusiones de este estudio fueron que el óxido nitroso, tanto al 25% como en una mezcla al 50% con oxígeno, mejoró la depresión en 17 de esos participantes en el estudio. Las diferencias entre una mezcla al 25% y otra al 50% tenían que ver principalmente con la duración de los efectos antidepresivos. Mientras que la dosis del 50% tuvo mayores efectos antidepresivos dos semanas después del tratamiento, la dosis del 25% se asoció con menos efectos adversos, el más común de los cuales fue la sensación de náuseas.

"Algunos pacientes experimentan efectos secundarios -es un pequeño subconjunto, pero es muy real- y el principal es que algunas personas tienen náuseas --precisa Conway--. Pero en nuestro estudio, sólo cuando las personas recibieron la dosis del 50% experimentaron náuseas. Cuando recibieron un 25% de óxido nitroso, nadie tuvo náuseas. Y esa dosis más baja fue tan eficaz como la más alta para aliviar la depresión".

De las 20 personas que completaron todos los tratamientos del estudio y los exámenes de seguimiento, el 55% (11 de 20) experimentaron una mejora significativa en al menos la mitad de sus síntomas depresivos, y el 40% (ocho de 20) se consideraron en remisión -lo que significa que ya no estaban clínicamente deprimidos- después de respirar una solución de óxido nitroso durante una hora.

En el transcurso de todo el estudio, tras recibir ambos niveles de dosis de óxido nitroso y el tratamiento con placebo, alrededor del 85% (17 de 20) de los participantes en el estudio experimentaron una mejora lo suficientemente significativa como para que su clasificación clínica cambiara al menos una categoría, por ejemplo, de depresión grave a moderada.

Muchos de los participantes del estudio también tomaban fármacos antidepresivos, que en su mayoría no habían conseguido aliviar su depresión, pero se les permitió seguir usando esos fármacos mientras participaban en el estudio.

Hasta un tercio de los que toman antidepresivos no mejoran. El óxido nitroso y la ketamina, otro fármaco anestésico que interactúa con los receptores de glutamato NMDA, se han mostrado recientemente prometedores en aquellos con depresión resistente al tratamiento. Conway y Nagele creen que ambos fármacos pueden representar un gran avance para las personas con depresión resistente al tratamiento, pero creen que el óxido nitroso puede tener algunas ventajas prácticas.

"Una ventaja potencial del óxido nitroso, en comparación con la ketamina, es que al ser un gas volátil, sus efectos anestésicos disminuyen muy rápidamente --dice Conway--. Es similar a lo que ocurre en la consulta del dentista cuando la gente se va en coche a casa después de que le saquen una muela. Después del tratamiento con ketamina, los pacientes deben ser observados durante las dos horas siguientes al tratamiento para asegurarse de que están bien, y luego tienen que conseguir que otra persona los lleve".

Nagele y Conway apuntan que es importante que los científicos realicen pronto un estudio amplio y multicéntrico que compare los efectos de la ketamina y el óxido nitroso con los del placebo.

jcp

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