La carne de gallina te pondraaa, Cruella, Cruella DeVille
Londres.- Disney por fin dejó de hacer live-actions que meh (tú no Aladdin, tú también estás chida) y nos entregó una joya con Cruella. Esta precuela de 101 Dálmatas da un nuevo giro a la historia, presentando a la bellísima Emma Stone, volviéndose loca, al estilo Joker, por una sociedad que la trata del nabo, pero menos violenta porque pues #Disney.
Y un rolonononón de Florence + the Machine:
La historia nos remonta a cuando Estella es una niña y por su culpa su jefita cuelga los tenis (tranqui, esos son los primeros 5 minutos de peli). Entonces huye a Londres, donde se encuentra con Horace (Paul Walter Hauser) y Jasper (Joel Fry). Diez años después, el trío de amigos se la pasa robando gente para sobrevivir hasta que Estella (Stone) tiene la oportunidad de trabajar con The Baroness (Emma Thompson), su diseñadora de modas favorita, pero eso podría traer de vuelta a su malévola personalidad: Cruella.
Ay no esa no era. Es ésta:
Antes de entrar a la reseña chida, te vamos a dar un pequeño resumen sin spoilers: Las actuaciones de Emma, Mark Strong, la profesora Trelawney (Thompson), Joel Fry y los perritos CGI son súper geniales. Una historia con arcos perfectamente escritos y la mayoría de la inclusión que hay es cero forzada. En resumen, ya te tardaste en verla.
Ahora sí se vienen el…
Empezaremos diciendo que si Cruella no se lleva el Oscar por Mejor Vestuario y chance, una nominación a producción y maquillaje, pues qué vendida la Academia. Ciertamente, Disney no se había atrevido a hacer un live-action tan serio, en el que mostrara una historia muy aterrizada a la realidad (bueno, con magia, genios, dragones y leones que hablan, tampoco había cómo ayudarlos).
Obviamente, Cruella sí incorpora chistes, pero son sumamente apegados a las personas que los hacen. Se rifaron desarrollando los perfiles y arcos de cada personajes, hasta de los perros fake, dándoles un principio, un pedo existencial a resolver en sus vidas y un final bastante bueno.
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Cuando creías que la película estaba desperdiciando horriblemente a Mark Strong, el giro de que la Baronesa es la verdadera mamá de Cruella (que si pusiste atención desde el principio, la neta es que era bastante obvio) y que ella fue quien mató a su mamá adoptiva, ahí fue donde el personaje de John, realmente tomó vuelo a ser un fan-favorite.
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El CGI de los perros está impecable, la inclusión del empoderamiento femenino y la comunidad LGBT también fue brillante, aunque sí fue medio de ahuevo meter a Roger (Kayvan Novak) y Anita (Kirby Howell-Baptiste) como actores de color. Y no nos referimos a porque en la película original sean güeros oxigenados, sino porque son los únicos personajes de color con nombre en toda la peli. Pero la neta, ambos actuaron chido.
Lo que sí fue espantoso fue el final con su falda que se convierte en paracaídas y que supuestamente, Cruella le regaló a Pongo y a Perdi a Roger y Anita, respectivamente, dándote a entender que fue la villana quien quiso que ellos estuvieran juntos desde siempre.
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