Los organizadores de los Juegos Olímpicos Tokio 2020 están conscientes que tienen que vivir con la amenaza de que algún deportista o equipo resulte contagiado por COVID-19, y así como se ha preparado un manual para tratar de reducir el riesgo, también existe un documento para esclarecer las reglas deportivas a seguir en una situación así.
Todos los participantes de la justa veraniega están sujetos a un estricto control que incluye pruebas para detectar el coronavirus antes de que asistan a una competencia. La misma Villa Olímpica tiene un edificio preparado para el aislamiento de casos y también hay un protocolo para traslados a hospitales en casos de gravedad.
¿Pero qué pasa en el tema deportivo? ¿Qué harán los rivales que sí estén listos para competir y su contrincante no aparece?
Para establecer las reglas del juego especiales bajo las condiciones que vivimos, la Comisión Ejecutiva del Comité Olímpico Internacional (COI) llegó a un acuerdo en los pasados días en las que se determinó que ningún atleta o equipo será descalificado por enfermedad, por lo que si no puede presentarse al terreno deportivo se le considerará lo que en inglés se denomina DNF (no comenzó) o su respectiva variante dependiendo el deporte.
Para dar continuidad al espectáculo, el lugar que quede vacante será ocupado por el siguiente elemento elegible, lo que permitirá que la lucha por las medallas se defina por las habilidades atléticas y no en la mesa, aunque como en toda regla también habrá excepciones.
Las normas más sencillas involucran a eventos de un día de competencia como la maratón, marcha o los 10 mil metros. Si un participante resulta positivo simplemente se le eliminará de la lista de competidores y el evento seguirá adelante.
En el caso de deportes de contacto la regla es también sencilla. El participante que no pueda presentarse a su compromiso permitirá que su rival avance a la siguiente ronda.
En el atletismo, si un competidor avanzó a la siguiente ronda y al día posterior se encuentre contagiado tendrá que ceder su posición al mejor clasificado de la ronda anterior para sustituirlo en los carriles.
Deportes donde se requieren relevos tanto en atletismo como natación, o la participación de varios competidores para una misma nación como en la gimnasia, los países podrán echar mano de sus reservas para completarse.
Los deportes en conjunto, un tema aparte
Como parte de los protocolos por COVID, los equipos han sido permitidos de llevar jugadores de reserva adicionales para que tomen el lugar de otro compañero. La situación cambia si una escuadra no cumple con el número de elementos requeridos para enfrentar un compromiso.
En el caso del beisbol el formato de competencia se alterará si una novena, de las seis que participarán, no es elegible por falta de jugadores por contagio. Si esto sucede el torneo se adaptará a un formato de grupo único con partidos de ida y vuelta con los equipos restantes. Los dos primeros accederán a la final mientras que el bronce se jugaría entre el tercer y cuarto clasificado.
Si uno de los dos finalistas no puede participar, el mejor clasificado de la fase anterior tendrá el derecho de luchar por el oro. Esta situación es distinta a lo que sucede en el básquetbol, donde si uno de los dos equipos en llegar al partido por la lucha de la presa dorada no puede presentarse no habrá quien lo sustituya y automáticamente el ausente se quedará con la plata.
Dado que el baloncesto iniciará con una fase de grupos antes de las rondas de eliminación directa, si un equipo no puede competir en cuartos de final, dejará su posición al mejor clasificado de todos los grupos. La situación cambia en semifinales donde el equipo ausente le cederá su lugar al equipo al que haya derrotado.
El futbol, al ser un evento coordinado con la FIFA, las decisiones se dejarán a discreción de ese organismo.
Como nunca antes, los resultados al final de un combate, una carrera o un partido podrían no ser decisivos, porque una prueba COVID podría cambiar el destino de un participante o una nación.
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