CIUDAD DE MÉXICO.
No cabe duda que estos han sido los Juegos Olímpicos más diferentes de la historia, pero entre la adversidad y las dificultades han destacado grandes historias de atletas que nos comparten increíbles lecciones de vida. Compañerismo, resiliencia, determinación y amor propio son algunos de los ejemplos que los mejores deportistas del mundo nos han demostrado en Tokyo 2020. Estas son algunas de las historias más inspiradoras que se han vivido durante la jornada.
1. El poder de la experiencia
Este año, Oksana Chusovitina de Uzbekistán se convirtió en la mujer de mayor edad en competir en gimnasia olímpica. A sus 46 años (y en sus octavos Juegos Olímpicos) decidió retirarse del deporte, por lo que en su última competencia recibió los aplausos de los jueces y todas las personas que se encontraban presentes.
Su trayectoria olímpica inició en Barcelona ’92 y terminó este año, demostrando que la edad marca el paso del tiempo más no el éxito.
2. El poder de compartir los mejores momentos
El italiano Tanto Gianmarco Tamberi, y Mutaz Essa Barshim de Qatar nos dieron otro ejemplo que en ocasiones hace mucha falta: no siempre es necesario que alguien más pierda para que nosotros ganemos. Ellos tenían calificaciones idénticas tras superar 2,37 metros. Ambos intentaron, sin éxito, superar los 2,39 metros. En lugar de continuar con el desempate, los atletas que además son amigos decidieron compartir la medalla de oro.
Ambos habían sufrido lesiones en el pasado que pusieron sus carreras como atletas en peligro, lo que hace de esta medalla un momento aún más especial para ellos.
“Cuando terminamos el salto de 2.39m nos volteamos a ver y comprendimos que no había necesidad de seguir”, contó Barshim en entrevista.
“Yo sé con certeza que por la actuación que hice merezco el oro”, explicó Barshim. “Él hizo lo mismo, así que sé que merecía el oro. Esto va más allá del deporte. Esto es espíritu deportivo, y es el mensaje que le enviamos a las generaciones jóvenes”.
3. El poder de la mente (que también se lesiona)
Con el paso del tiempo lentamente hemos comprendido que la salud mental es tan importante como la física, y nunca había quedado tan claro como cuando Simon Biles, posiblemente la mejor gimnasta del mundo, decidió dejar la competencia tras sufrir un fenómeno curioso al que los gimnastas llaman “twisties”.
Gimnastas describen esta sensación como un bloqueo en el que el pensamiento cognitivo se “desconecta” de la memoria muscular, esto quiere decir que mientras hacen un movimiento que han practicado millones de veces, de pronto pierden la orientación y el sentido de dirección. Cuando vuelas por los aires, un momento de duda puede ser fatal.
La salud y seguridad de Simone es más importante que cualquier medalla, y el mundo entero pareció entenderlo de inmediato cuando la joven atleta recibió una oleada de apoyo y halagos de otros deportistas, celebridades y familiares.
Biles no ganó todo el oro que seguramente esperaba en estos Juegos Olímpicos, pero sin duda abrió la puerta para que otros atletas que pueden estar pasando por algo similar reciban el apoyo que necesitan.
4. El poder de la resiliencia
No podemos hablar de lecciones de vida sin conocer la historia de Yusra Mardini, la nadadora de origen sirio que en 2012 decidió huir junto con su hermana después de que su casa fuera destruida durante la guerra civil.
En Turquía lograron abordar un pequeño bote con otros 18 refugiados, a pesar de que el este no podía aguantar más de seis o siete personas. El motor de la embarcación se detuvo en el Mar Egeo, y pronto comenzó a hundirse. Mardini, su hermana y otra persona que sabía nadar empujaron el bote por tres horas hasta llegar a la costa.
Ahora, Mardini vive en Alemania y compite en el Equipo Olímpico de Atletas Refugiados. La joven de 23 años no ha tenido una vida fácil, pero su resiliencia y determinación la llevaron a convertirse en una de las historias más inspiradoras de los Juegos Olímpicos. Yusra se ha convertido en una inspiración no solo para los 80 millones de refugiados alrededor del mundo, sino para todos aquellos que han pasado por momentos de extrema adversidad y siguen luchando por conseguir sus sueños.
5. El poder de ser incluyentes
Desde 2015, el Comité Olímpico Internacional permite que las mujeres transgénero compitan en los Juegos Olímpicos, siguiendo ciertas reglas. Gracias a eso, Laurel Hubbard se convirtió en la primera atleta abiertamente transgénero en competir en unos Juegos Olímpicos.
La atleta ha sufrido muchos rechazos a lo largo de su carrera. En 2018, la federación de halterofilia de Australia trató de excluirla de los Juegos de la Mancomunidad, en Gold Coast, pero los organizadores rechazaron la queja al encontrar que Hubbard sí cumplía con los lineamientos establecidos por el Comité Olímpico Internacional.
Sin embargo, Hubbard se retiró de ese torneo a causa una lesión que, en su momento, los doctores le advirtieron podría ser el fin de su carrera.
Pero Laurel trabajó duro para recuperarse, y a pesar de no haber obtenido una medalla en estos Juegos la atleta reconoció la importancia de su participación. “Estoy consciente de la controversia que rodea mi participación en estos Juegos, y como tal quisiera agradecer particularmente al COI por reafirmar su compromiso con los principios del Olimpismo y establecer que el deporte es algo para todos. Es inclusivo y accesible”.
Con esto, los Juegos Olímpicos de la mano de Powerade han demostrado ser un evento en el que la diversidad es celebrada, el compañerismo es elevado, la salud mental se ha convertido en prioridad y cualquier atleta que dedique su tiempo y esfuerzo para convertirse en el mejor de su categoría tendrá un espacio para demostrarlo.
Powerade: llevando la emoción deportiva a todas partes.Durante los Juegos Olímpicos, busca en supermercados, tiendas de autoservicio y conveniencia, la edición especial de Powerade y revive los momentos más importantes de Tokio y descubre que en las olimpiadas y en México #HAYPOWER.
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