Hildegarda de Bingen es una mujer que quizá no conocías, pero ahora verás por qué debiste haberlo hecho hace tiempo. A ella le debemos la cerveza como la conocemos hoy en día, porque sí, se trata de quien es considerada como la Santa de la Cerveza.
Resulta que si bien no inventó esta bebida tan amada (tú también la amas, no te hagas), sí es la responsable de añadir a su fórmula el lúpulo, ingrediente que le dio una nueva mística y transformó su receta para siempre.
¿Quién es Hildegarda de Bingen?
Hildegard von Bingen o Hildegarda de Bingen, fue una mujer alemana que nació en Bermersheim en el año 1089. Fue monja benedictina y llegó a ocupar el grado de abadesa en la abadía de Disibodenberg (es decir, la superiora del lugar), a la que ingresó desde que era niña.
Según una biografía publicada por la Universidad de Barcelona, Hildegarda de Bingen fue una pensadora y escritora increíble, adelantada a su época: “Su corpus reúne una amplia variedad de contenidos, formas discursivas y modos de transmisión, que incluyen la literatura visionaria, los comentarios exegéticos, la teología, el género epistolar, la hagiografía, las composiciones líricas y musicales, y los escritos médico-naturalistas”.
Fundó un monasterio antes de escribir su primera obra, llamada Scivias, donde describió las visiones que tenía desde los 6 años sobre la creación y otros dogmas de la fe católica. Luego de eso comenzó a componer piezas musicales, llegando a crear una compilación de unas 75 piezas.
Hildegarda de Bingen: Escritora, Doctora y Santa
Otra de sus obras más reconocidas es Liber divinorum operum, también basada en sus visiones, donde describe muy chido el universo y la relación entre el ser humano y los fenómenos naturales. También es autora del Libro de causas y remedios de las enfermedades, donde describió por primera vez el orgasmo femenino asegurando que no se trataba de un pecado, como se pensaba en la época que le tocó vivir.
Feminista, pensadora, brillante y Santa. Hildegarda de Bingen fue canonizada por el Papa Benedicto XVI en 2011. De hecho, Juan Pablo II la describió alguna vez como “Luz de su pueblo y de su tiempo”, según el documento del Vaticano con el que la proclamaron Doctora de la Iglesia universal un año después, mismo documento donde detallan que murió el 17 de septiembre de 1179, en el monasterio de Rupertsberg, en Bingen.
Incluso tiene su propia película, pues en 2009 fue lanzada Visión – La historia de Hildegard Von Bingen, precisamente sobre las visiones que tenía donde Dios le pedía difundir su mensaje.
¿Y por qué Hildegarda de Bingen es considerada la Santa de la Cerveza?
Puede sonar un poco despectivo llamarla Santa de la Cerveza con todo lo que hizo por la escritura, el feminismo o la medicina, pero pasa que su aportación a la elaboración de la cerveza también es algo fundamental. Gracias a sus conocimientos en herbolaria, Hildegarda de Bingen descubrió todas las propiedades del lúpulo.
Según un reportaje de la BBC, Hildegarda también era maestra cervecera y, al descubrir todo lo que el lúpulo podía aportar (como un sabor más amargo o mayor tiempo de conservación), decidió agregarlo a la receta de la cerveza y el resto es historia.
“El lúpulo se convirtió en un ingrediente esencial en la elaboración de cerveza, y su uso se extendió por todo el mundo”, señala Bodecall en una reseña sobre Hildegarda de Bingen, portal especializado en cerveza y otras bebidas.
Cabe mencionar que nuestra Santa de la Cerveza descubrió y describió más propiedades del lúpulo fuera de su integración a la cheve. Escribió sobre su aplicación en medicina y cómo usarlo para elaborar infusiones y ungüentos con distintos beneficios.
En fin, una mujer fascinante de principio a fin. La próxima vez que leas sobre medicina, hables con libertad sobre el orgasmo o te tomes una cerveza bien fría, recuerda que —en gran medida— es gracias a Hildegarda de Bingen.
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