El amor, la religión actual para André Aciman

La presentación de Encuéntrame será el 3 de septiembre a las 19:00 horas por la plataforma Zoom. Foto: Cortesía Sigfrid Estrada/ Ilustración: Horacio Sierra
Virginia Bautista

CIUDAD DE MÉXICO.

El amor es lo más importante para el escritor estadunidense André Aciman (1951), a tal grado que prepara tres nuevas novelas sobre este tema. “El amor es lo que buscamos, es el sentimiento que nos cambiará; nuestra nueva pareja nos ayudará a abrir los ojos a un propósito, la belleza de la vida”.

En entrevista con Excélsior, el narrador nacido en Alejandría (Egipto), que pasó parte de su adolescencia en Italia, está convencido de que el amor es hoy en día “lo que la religión solía ser antes del advenimiento de la edad moderna, digamos en el siglo XVIII. La religión nos había dado un propósito, definió nuestras vidas y nuestro código moral, y nos recordó que había un significado muy profundo.

Con la desaparición de la religión en las sociedades modernas, hemos sustituido a Dios por el amor. La promesa de amor ha desplazado a la promesa del cielo; la felicidad percibida en el amor es nuestro cielo. Es nuestro Santo Grial”, afirma.

Una de sus novelas más gustadas sobre este tópico es Llámame por tu nombre (Call me by your name), publicada en 2007, que Luca Guadagnino llevó al cine en 2017  y fue escrita por James Ivory, quien ganó el Óscar por mejor guion adaptado. Ahora, Aciman acaba de publicar Encuéntrame (Alfaguara), que cierra esta historia de amor entre Elio y Oliver.

El doctor en Literatura Comparada por la Universidad de Harvard echa mano de los recuerdos y la memoria para hacer que los protagonistas de Llámame por tu nombre se reencuentren años después, ya adultos, y rememoren aquel verano en el que dieron rienda suelta a su pasión sin prejuicios.

Incubamos el pasado. No necesariamente nos volvemos más sabios con la edad o aprendemos de nuestros errores. Pero el pasado tiene un poderoso efecto desencadenante y los recuerdos, aunque reprimidos, cuando resucitan, nos evocan las emociones que hemos estado alimentando todo el tiempo, a veces sin siquiera saberlo”, explica.

Ante la pregunta de si los hombres y las mujeres aman de la misma manera, el también ensayista admite que no tiene idea. “Ni siquiera sé si hay una diferencia en el deseo de hombres y mujeres. Prefiero permanecer en silencio. Cuanto más envejezco, menos entiendo los amores de los hombres y las mujeres. Sabía más, o estaba persuadido de que sabía más, cuando tenía 21 años que ahora”.

Una de las novedades de Encuéntrame es que el autor recupera a Sami, el padre de Elio, y hace que se enamore de una joven. “Creo que la pasión siempre será la pasión. Pero Miranda y Sami están menos vigilados el uno por el otro no sólo porque puede ser que nunca más se vean después de que el tren se detenga en Roma, sino porque ella tiene tanta energía para compartir y él tanta sabiduría.

De repente, a pesar de su diferencia de edad, cada uno tiene algo que ofrecer que el otro no tiene. Podría ser fácilmente una atracción de los opuestos, excepto que, en más de una forma, cuando se rasca la superficie, son casi idénticos”, narra.

Destaca que Sami no sólo no creció, sino que se volvió más joven. “El padre de Elio en Llámame por tu nombre es un hombre resignado, cuya vida amorosa ocurrió en el pasado. De hecho, puede que se arrepienta de cosas que nunca tuvo cerca o no tuvo el valor de hacer. Pero en Encuéntrame conoce a esta joven en el tren, se abren el uno al otro y crecen para gustarse. Ella decide vivir con él, una perspectiva que él acoge con agrado”.

 

 

Las palabras

El autor de las novelas Ocho noches blancas, Harvard Square y Variaciones Enigma confiesa que cree en el poder de las palabras.

Me gusta cuando la gente habla y se abre a los demás, porque abrirse sobre los sentimientos y el estado de ánimo de uno es difícil, incluso desafiante, y va en contra de la veta de todas las formas de reserva. A menudo, mis personajes hablan oblicuamente y confían con cierta timidez. Espero que no den la impresión de estar parloteando.

En segundo lugar, un escritor siempre necesita asegurarse de que ha utilizado lo que Flaubert llamó le mot juste. Sí, los personajes deben dar la impresión de hablar ‘naturalmente’, pero el autor debe asegurarse de que las palabras sean las adecuadas. Un narrador que no se preocupa por cada palabra que escribe, no debería hacer este ejercicio”, agrega.

El especialista en la obra de Marcel Proust añade que, en esta transformación de los jóvenes enamorados, le resultó más difícil hacer “madurar” a Oliver. “Elio era relativamente fácil de retratar a la edad de 27 años (primer capítulo) o 32 (segundo capítulo). En el tercer capítulo se le recuerda como un joven de 17 años de nuevo, en la mente de Oliver.

Pero Oliver era más difícil de escribir, porque a los 44 años ya no es el hombre elegante y seguro de sí mismo que fue a los 24. Él mismo es consciente de que ya no es el tipo de joven exuberante que era en la novela anterior. De hecho, es más circunspecto, más vacilante, más inseguro”, detalla.

Quien publicó su primer libro de memorias en 1995, La huida de Egipto, cuenta que la idea de Encuéntrame le llegó mientras viajaba en un tren en Italia. “Una mujer se sentó a mi lado, hablamos; me pidió que cuidara a su perro por unos minutos, me dijo que iba a visitar a su padre que estaba muy enfermo; luego se bajó del tren y nunca la volví a ver. Entonces supe que esto tenía todo el sentido de una historia. Así que la empecé a escribir mientras estaba en el tren”.

Aciman dice que busca borrar en sus novelas las fronteras entre países y religiones, entre culturas y edades, entre sensualidad y erotismo. “Deseo entregar historias globales que sacudan costumbres y conciencias”.

Elvira Liceaga y Óscar Uriel presentarán la novela Encuéntrame, de André Aciman, el próximo jueves 3 de septiembre, a las 19:00 horas, por la plataforma Zoom.

 

 

 

cva

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