A mediados de la década de los sesenta, Muhammed Alí sembró la semilla de lo que hoy es un movimiento que deberá tener un peso fundamental en la elección presidencial de Estados Unidos.
Cuando se negó a ir a la guerra de Vietnam argumentando que él no tenía problemas con el Vietcong porque ninguno de ellos le había dicho nigga, porque no veía razón para pelear con gente que no lo trató mal como lo hacían en su propio país, dio un primer paso.
Esa misma esencia fue con la que Colin Kaepernick puso la rodilla en la tierra durante el himno nacional de Estados Unidos en agosto de 2016.
Para ambos, tuvo un importante costo personal, el boxeador perdió su título mundial (que recuperó posteriormente) y el jugador de futbol americano fue despedido y desde entonces no ha regresado a la NFL.
A diferencia del primero, que pudo ser aislado porque ningún otra figura del deporte lo siguió, el movimiento de Kaepernick —que despertó la furia del presidente de Estados Unidos e inició una fuerte campaña de presión no sólo contra jugadores, sino contra dueños y patrocinadores de la liga más poderosa de deportes del mundo— ha cimbrado todos los deportes profesionales de aquel país.
En la NFL, NBA, MLB, NHL, MLS son comunes las playeras con leyendas como black lives matter o la decisión de la NBA de permitir a sus jugadores que, en lugar de su apellido, lleven mensajes similares en sus camisetas de juego.
Los voceros del hartazgo en contra de la discriminación y la violencia selectiva se han multiplicado.
Nike hizo una campaña, ganadora del Grammy, que utiliza la frase: “Cree en algo, aunque eso signifique sacrificarlo todo”, y durante las protestas por el asesinato de George Floyd era muy notoria la presencia de estrellas del ámbito deportivo.
Ante los más de 20 tiroteos de policías en contra de afroamericanos que se han dado a lo largo de Estados Unidos tras el crimen en contra de Floyd, las protestas han subido de tono.
Equipos de la NFL suspendieron entrenamientos para llamar la atención sobre el problema.
El comisionado de esta liga, George Godell, reconoció que debieron haber actuado con mayor firmeza luego de las acciones de Kaepernick y de algunos otros jugadores. Esta liga, como la de basquetbol, ha comprometido decenas de millones de dólares a acciones en contra del racismo y la discriminación.
En la NFL, donde más de 70% de los jugadores son de raza negra, los blancos han tomado la bandera como propia y reconocido que es insuficiente escuchar con respeto y que ahora deben comprometerse con acciones efectivas.
Los jugadores de la NBA decidieron detener los juegos de postemporada bajo el argumento de que hablar no basta, sino que debían tomar acciones efectivas. Lebron James, quien es mucho más que un jugador de basquetbol y se ha convertido en un icono de la cultura actual, llevó más allá su papel de activista social e incluso usó sus redes sociales para insultar a Donald Trump.
Tras dos días de paro, llegaron a un acuerdo con los dueños de equipos y patrocinadores: no sólo una coalición en contra de la discriminación, sino que, además, todos los estadios de la NBA serán adaptados como centros de votación no únicamente para esta elección, sino para las posteriores.
Adicionalmente, los patrocinadores, televisoras y la liga se comprometieron a realizar campañas que promuevan el voto de una manera efectiva.
Trump ganó la elección anterior básicamente por el voto de personas blancas mayores a 45 años. Si la semilla que Alí sembró hace más de medio siglo germina y los negros salen a votar masivamente, la historia será diferente.
POSTCRIPTUM
Si bien es cierto que la salida de Roberto Azevêdo de la dirección general de la Organización Mundial de Comercio era esperada, la realidad es que ha incrementado la tensión al interior de este organismo, que tiene el profundo desprecio del presidente de Estados Unidos.
Serán entre 6 y 8 semanas de una gran lucha, donde la decisión estará entre la candidata de Kenia, Amina Mohamed, quien tiene un gran apoyo de su gobierno, y el mexicano Jesús Seade, quien no se ha beneficiado del activismo de la cancillería en favor de su candidatura, pero tiene excelentes relaciones globales.
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